La expresión humana está atada a los brazos del amor y el odio, se pone a merced del
diálogo siempre conflictivo entre la razón y el sentir de quien crea. Sobre la marea
tormentosa de la duda navegan nuestros artistas, bajo bandera de fe marcan su
rumbo hacia donde la brisa del corazón les dicta, sin saber cuándo volverán a tocar
tierra, emprenden cada viaje desde el mismo punto. Solo es necesario un soplo de
curiosidad para que se suelten las amarras hacia un camino inexistente que se
construye conforme el tiempo dicta. Aunque parezca solitario, en la unión está la
respuesta para cruzar al otro lado, es así, como cada artista es acompañado hasta el
incierto final de su viaje, lleve a donde nos lleve.
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La expresión humana esta atada a los brazos del amor y el odio, se pone a merced del
dialogo siempre conflictivo entre la razón y el sentir de quién crea. Sobre la marea
tormentosa de la duda navegan nuestros artistas, bajo bandera de fe marcan su rumbo
hacia donde la brisa del corazón les dicta, sin saber cuándo volverán a tocar tierra,
emprenden cada viaje desde el mismo punto. Solo es necesario un soplo de curiosidad para
que se suelten las amarras hacia un camino inexistente que se construye conforme el
tiempo dicta. Aunque parezca solitario, en la union esta la respuesta para cruzar al otro
lado, es así, como cada artista es acompañado hasta el incierto final de su viaje, lleve a
donde nos lleve.